Tus pupilas argénteas se derraman lacónicamente sobre este silencio intermedio; el vacío de las palabras que existieron a veces desangra mis venas abiertas. Tu alma inmediata me parece desconocida hasta que vuelves a mirarme en triste confusión, quisiera pero ya no puedo responderte, el mutismo sin causa me abstrae otra vez, no me atrevo a volver a verte...ya no sé cómo.
ahí donde descubrí al hombre y a la mujer encerrados en la realidad circundados de objetos, de planicies límítrofes de deseo qué era la realidad entonces sino tú y yo y un cúmulo de verdades y mentiras mezcladas o el juego del sí y el no la química de la sangre la noche la noche la noche el mirarnos frente al espejo después de hablar del nosotros que no existe el lóbulo derecho la mano izquierda espalda cuello vientre mirando al cielo o al suelo y el olor y el sonido de tu cuerpo qué es la realidad ahora sino la memoria la reminiscencia del deseo y pensar en el quizás volver a ver tus ojos en la oscuridad
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