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Mostrando entradas de agosto, 2011
Dibujaste tu vuelo sombrío desde la cúpula nocturna sobre este abismo. Contemplé tu silueta de cristal quebrantada ya por ángeles caídos procedentes de infiernos que me eran desconocidos. Descendiste levemente, te posaste a mi lado, en silencio se cerraron mis ojos con tus manos.
La noche nos incendia desde posiciones remotas, en nuestras pupilas se reflejan sus alas de fuego mientras mi alma inhala estas horas nocturnas. Condúceme a tientas, errante noctámbulo tu esencia pura me redime del cielo y me ahoga en los torrentes de plata ardientes.
Esto es el momento de nuestra muerte el momento en que las palabras callan y sólo escuchamos nuestros pensamientos una ardua reciprocidad y la ausencia de motivos. No sé si quiero renacer contigo o aprender a morir sin ti.