Existe un coágulo entre ellos que tiende a disolverse por las noches cuando las aves fluctúan en sus voces transmutando en palabras pronunciadas al azar. Flashes infinitos. Ojos eternos que no dejan de mirarse a través del papel. Se desnudan ante una cámara a escala que reduce su visión milimétricamente y no es posible observar más allá de una porción de sus cuerpos. Esa es la medida del deseo que desean: medio centímetro de piel que permanece oculto fuera de la lente configurando sus sentidos en una totalidad relativa. Oleadas ínfimas de vértigo. Párpados como nubes cubriendo al sol. Un lenguaje estructurado levemente por imágenes que juegan a ser inasequibles y representan la posibilidad de dividirse el uno frente al otro mientras se entrelazan geométricamente a través de un artificio imperceptible.
ahí donde descubrí al hombre y a la mujer encerrados en la realidad circundados de objetos, de planicies límítrofes de deseo qué era la realidad entonces sino tú y yo y un cúmulo de verdades y mentiras mezcladas o el juego del sí y el no la química de la sangre la noche la noche la noche el mirarnos frente al espejo después de hablar del nosotros que no existe el lóbulo derecho la mano izquierda espalda cuello vientre mirando al cielo o al suelo y el olor y el sonido de tu cuerpo qué es la realidad ahora sino la memoria la reminiscencia del deseo y pensar en el quizás volver a ver tus ojos en la oscuridad
Son Magníficas las imagenes que creas con las palabras, tienen una especie de surrealismo y sueño, así como misterio, tanto como tu perfil. M.
ResponderEliminarUn saludo