¿Qué tanto pensamos lo que decimos? 
¿Es por su importancia o por su insignificancia por lo que mencionamos las cosas? 

La polisemia es el origen de mi caos.

Comentarios

  1. ¿La polisemia? Da que pensar. Igual que las dos preguntas, me recuerdan las reflexiones de una escritora mexicana que me encanta. Y mis propias reflexiones.
    Me alegra haber pasado por aquí :)

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    1. Las cavilaciones de ayer giraron en torno a esas ideas, y continúan. ¿Cuál escritora? Quisiera conocer también tus propias reflexiones, también me alegra haberte encontrado, y que pases por aquí, tienes un muy buen blog. Saludos :)

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    2. Gracias M. Pues es Ángeles Mastretta. De ella he leído "El mundo iluminado", "El cielo de los leones" y "Arráncame la vida", y me encanta, es una escritora maravillosa. En cuanto a mis reflexiones, bueno, no tienen mucha importancia, pensaba al leerlo que a veces es bueno ser espontáneo y no perder mucho la naturalidad porque eso puede hacer parecer más artificiosas las relaciones, pero por otra parte, creo que no está muy bien decir lo que se piensa sin más. Muchas personas se vanaglorian diciendo que dicen lo que piensan y no esconden nada para ensalzar su propia sinceridad como un valor indiscutible, pero entiendo que tenemos la cabeza precisamente para pensar y creo que eso nos obliga a hacer una mínima previsión razonable de todo lo que vayamos a decir. Hablar no es pensar, y hablar sin reflexión alguna nos puede llevar en su extremo a estar todo el día enfrentados con el prójimo con discusiones o a golpes a fuerza de "sinceridad". Pensar, y decidir lo que se dice y lo que se calla, no es mentir. Ahora, eso sí, tampoco quiere decir que se deba estar atenazado, simplemente es pensar un poco, casi intuitivamente, antes de abrir la boca. Luego también pensaba en la incomunicación entre las personas. Cierto es que el silencio puede ser dañino, y lo es muchas veces, pero pensaba que a veces se habla para decir y comunicar y a veces se habla justo para lo contrario. Todos sabemos que cuesta más decir las cosas importantes que las no importantes, y que a veces la atención a las cosas insignificantes es como una terapia para olvidar las verdaderamente trascendentes. La inseguridad, el miedo, el pudor, unas cuantas cosas pueden hacer que no digamos en ocasiones lo importante y nos enredemos en cuestiones absolutamente pueriles.
      Un saludo para ti :)

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    3. Sí, claro que la he leído y concuerdo en que Ángeles Mastretta es maravillosa. Tus reflexiones tienen bastante importancia aunque pienses lo contrario, me parecen relevantes la idea de la naturalidad, pero con previsión, y que debemos buscar, o más bien encontrar un equilibrio entre lo que se piensa y lo que se dice. De tus reflexiones definitivamente me quedo con la última parte, porque a partir de eso, aunque no lo hice explícito, se originaron mis propias reflexiones, y por eso escribí esta entrada. Creo que lo no dicho suele ser de mayor importancia, y a veces resulta todo un desafío el simple hecho de hablar, de decir lo importante, en mi caso creo que la inseguridad, el miedo y el pudor fueron (o siguen siendo) exactamente las causantes de mi confusión, de ese enredo en lo pueril que mencionas. Entonces pienso que el reto radica en eso, en hablar a pesar de tales sentimientos y temores, hablar pensando lo que se habla sin perder la naturalidad. :)

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  2. Si descontextualizamos da lugar a la duda, la polisemia se da habitualmente en la vida.
    Yo soy de la opinión que cuando decimos algo referente a cualquier cosa, es cuando la dotamos de importancia, a veces en nuestro silencio comienza a tener insignificancia, así a base de granos de arena creamos grandes montañas. Algunos de los "problemas" de fácil ecuación, se transforman en algebra cuando el "coco" le da vueltas y vueltas y lo repite una y otra vez y sin embargo tenía una práctica solución.

    Sí, dan para muchos esas dos, aparentemente, sencillas preguntas.

    Gracias por la huella.

    También creo que es bueno saber la opinión de los que nos leen. Por el contrario ¿qué sentido tiene tener un blog?

    Un abrazo

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    1. Sí, concuerdo en que la vida es polisémica por natiraleza, y también caótica, algunas veces, por pensarla demasiado. Gracias por pisar la huella, saludos :)

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