Quisiera de alguna forma borrar la memoria del tiempo que compartimos. Ahora pienso que lo más difícil es que más allá del tiempo invertido, nuestras vidas se conjugaron en los mismos hábitos y costumbres, una forma de vida anclada al otro. Ahora es difícil estar sola, volver a vivir en una soledad ya olvidada. Quizás esto es lo último que te escribo, aún no lo sé. No te odio, tampoco te amo. Me duele extrañar las cosas buenas a pesar del daño que nos hicimos. Me duele pensar en todas las mañanas juntos, desayunando para después salir a ver el día (soleado aquí, nevando allá), volver adentro para verte jugar videojuegos o acompañarte para cenar la comida china de cada viernes. Me duelen las películas que vimos juntos, (puedo asegurar que fueron más de cien) y recordar cómo sonreíamos al mismo tiempo o cómo ya no te sorprendía el verme llorar en ciertas escenas. Duele cómo me enseñaste a vivir tu pasado a través de tu filmografía personal. Me duelen nuestras películas, nuestros soundtracks, los personajes con los que nos identificábamos y la historias que hacíamos nuestras. Duelen también los lunes por la noche, cuando veíamos nuestra serie favorita y discutíamos por horas sobre ella. Y las tardes de aquellos miércoles cuando leíamos juntos, siempre jugando con tu voz e imitando acentos extranjeros. Me duelen todas las sonrisas, todas las madrugadas, todas las veces que realmente me sentía amada y amándote. Me duele verte lavándote los dientes mientras me maquillaba. Me duele saber cada historia de tu infancia y el nombre de cada una de tus mascotas. Duele que me hayas hecho sentir libre de usar la misma ropa por días y comer juntos olvidando modales sin importar lo que pensaras, siendo más niños que adultos. Duelen todas las veces que lloramos juntos, sin haber peleado, cuando la tristeza se contagiaba y la empatía nos unía un poco más. Duelen las tardes en las que me veías trabajar mientras escuchábamos música porque sabías que no me gustaba el silencio, ni estar sola. Duelen tantos momentos, saber tanto uno del otro, duele el vacío y las ganas de olvidarte. Porque esto es solo la mitad de la historia. Y sé que también existen muchas cosas que ya no me duelen, que me recuerdan porque ya no estás aquí y porque no podemos volver a estar juntos. 

Comentarios

  1. Desgarradoramente bonito. Hay diferentes fases, pero como dice cierto poema: "olvidar no es algo que se quiera, es algo que sucede".

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  2. Apartarse de los videojuegos, desgarradamente atroz.

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  3. Cómo me duele tu dolor complementario!
    Así me duele:
    Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuugh!
    No! Me duele abocarme a una abismo incierto de vacíos

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  4. Respuestas
    1. Me refiero a tu anterior comentarista

      Saludos M.
      Me gusta cómo escribes.

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