tu rostro descansa
en mi vientre
duermes
casi sin respirar,
mis manos
viajan sobre ti
mientras te observo:
toco tus párpados,
tu cabello,
cierro los ojos
y me pierdo
en este instante,
pienso largamente
en un futuro incierto
convenciéndome
de prolongar
cada momento:
la vulnerabilidad
de tu cuerpo
sobre el mío
como una paz efímera
ya para siempre
en la memoria

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